Sumat
igitur ante omnia parentis erga discipulos suos animum, ac succedere se in
eorum locum a quibus sibi liberi [5] tradantur existimet. Ipse nec habeat uitia
nec ferat. Non austeritas eius tristis, non dissoluta sit comitas, ne inde
odium, hinc contemptus oriatur. Plurimus ei de honesto ac bono sermo sit: nam
quo saepius monuerit, hoc rarius castigabit; minime iracundus, nec tamen eorum
quae emendanda erunt dissimulator, simplex in docendo, patiens laboris,
adsiduus [6] potius quam inmodicus. Interrogantibus libenter respondeat, non
interrogantes percontetur ultro. In laudandis discipulorum dictionibus nec
malignus nec effusus, quia [7] res altera taedium laboris, altera securitatem
parit. In emendando quae corrigenda erunt non acerbus minimeque conementumeliosus;
nam id quidem multos a propo studendi [8] fugat, quod quidam sic obiurgant
quasi oderint. Ipse aliquid, immo multa cotidie dicat quae secum auditores
referant. Licet enim satis exemplorum ad imitandum ex lectione suppeditet,
tamen uiua illa, ut dicitur, uox alit plenius, praesupcipueque praeceptoris
quem discipuli, si modo recte sunt instituti, et amant et uerentur. Vix autem
dici potest quanto libentius imitemur eos quibus fauemus.
Lo primero de todo el
maestro revístase de verdadero padre,con respecto a sus alumnos, y piense que ocupa el lugar de quienes le confían sus hijos.
No tenga vicio ninguno,
ni lo consienta en sus discípulos.
Sea serio, pero no desapacible; afable, sin chocarrería: para
que lo primero no lo haga odioso, y lo segundo despreciable.
Hable a menudo de la virtud y honestidad; pues cuantos más documentos dé, menos castigará.
Hable a menudo de la virtud y honestidad; pues cuantos más documentos dé, menos castigará.
Ni sea iracundo, ni haga la vista gorda en lo que pide
enmienda: sea sencillo en enseñar, sufrido en el trabajo; constante en la tarea, pero no desmesurado.
Responda con agrado a
las preguntas de los unos, y a otros pregúntelos.
En alabar los aciertos de los discípulos no sea escaso ni
prolijo; lo uno engendra hastío al trabajo, lo otro confianza para no trabajar. Corrija los defectos sin acrimonia ni palabras afrentosas. Esto hace que muchos
abandonen el estudio, el ver que se les reprende, como si se les aborreciese.
Dé cada día a sus discípulos alguno o algunos documentos,
para que los mediten a solas.
Y aunque en sus lecciones debe proponerles variedad de modelos a imitar, sin embargo la viva voz del maestro los alienta y estimula más; sobre todo si los discípulos se educan bien, y aman y veneran a su preceptor.
Y aunque en sus lecciones debe proponerles variedad de modelos a imitar, sin embargo la viva voz del maestro los alienta y estimula más; sobre todo si los discípulos se educan bien, y aman y veneran a su preceptor.
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